Descripción

Una mujer maya quiché, vestida con el traje tradicional, arrodillada en los escalones de la explanada de la iglesia dedicada a Santo Tomás, en Chichicastenango, Guatemala. Este templo es un lugar venerado por los indígenas que se reúnen allí, principalmente los jueves y domingos, días de mercado, para rendir un conmovedor homenaje a sus dioses. El clero ha aceptado durante mucho tiempo este uso de la iglesia para un propósito que no tiene nada en común con el ritual católico. Las oraciones en idioma indio se suceden. Durante la ceremonia, los indígenas queman copal, encienden velas y extienden pétalos de flores. El rito lo dirige un chiman o sacerdote indígena que ha hecho de la iglesia de su aldea un verdadero santuario de la religión maya. La nave se divide en tres sectores. En el primero, ubicado cerca de la mesa de comunión, el chiman invoca a las grandes figuras de su país. En la parte central, se dirige al Dios del Mundo. El tercer sector, cerca de la puerta principal, es menos específico que los dos primeros. Aquí el sacerdote indio puede rezar a cualquier deidad. - 1977

Detailles