Fotos del libro "La Cultura de los Incas"
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La Cordillera de los Andes está llena de lugares de culto inca. Los baños de Tambomachay, cerca de Cuzco, dan testimonio de la importancia del agua en la vida material y espiritual de los nativos.
Puma Puncu, uno de los complejos arqueológicos más grandes de Tiahuanaco, no es más que un revoltijo de ruinas ... ¿Qué culto misterioso pudo haber reunido a miles de peregrinos en este vasto patio cuadrado? Los ganchos de bronce fundidos en ranuras mantenían unidas las enormes placas de 8 m de largo, 5 m de ancho y 2 m de grosor que hoy yacen desordenadamente en el caos.
Sobre Koatí, la isla de la luna, a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar, se destacan los últimos vestigios de la cultura Inca contra el lago Titicaca, el lago "más alto" del mundo coronado, en el fondo, por los prístinos glaciares de la Cordillera Real boliviana.
Las ruinas del palacio de Manco Capac descansan en la Isla del Sol en el corazón del lago Titicaca. Fue el "Adán" del mito de la creación inca y el "hermano de las estrellas" que, según la tradición, fue enviado por su Padre celestial para enseñar a los pueblos que habían vuelto a la barbarie después de un cierto "diluvio" en los Andes.
El Ingapirca, construido por Huayna Capac alrededor de 1490 en la provincia ecuatoriana de Hatun Cañar, fue uno de los monumentos más importantes del norte del Imperio Tahuantinsuyo. También sirvió como palacio fortificado, tambo real y templo del sol. Sorprende por su inusual planta ovalada y sus hileras de piedras abovedadas con un reflejo verde (largo: 37,10 m; ancho 12,30).
En el apacible “Edén” del sagrado valle tropical de los Incas, a una altitud de 3,100 metros, se extiende el vasto complejo arqueológico de Pisac, una de las “capitales” imperiales. Una treintena de residencias de la mejor arquitectura rodean el Intihuatana elíptico, dedicado al culto astral.
A la salida del oscuro laberinto en el “distrito carcelario” de Machu Picchu descansa una placa triangular plana en forma de cóndor tendida en la dirección del sol naciente. Entre el "collar" de piedra y el pico curvo, la abundante sangre que fluía de los sacrificios se recogió en una cuneta y se vertió en el corazón de la Madre Tierra.
Como enigmáticos e inmortales “testigos” del imperio Inca Tahuantinsuyo, los templos de Inti Cancha se levantan majestuosos en la plaza ceremonial del elevado distrito mágico-religioso de Machu Picchu. Además, sobresalen las catorce terrazas piramidales del observatorio y la acrópolis del sol, donde se ubica el Intihuatana.
Absolutamente invisible desde el fondo del salvaje cañón del Urubamba, a una altitud de 2.500 metros a la sombra de Huayna Picchu, consagrada en un pedestal de granito inexpugnable, la fantasmal "Ciudad Perdida" de Machu Picchu se mantuvo así en el verdadero sentido de la palabra. Permaneció oculta durante 400 años hasta que el investigador estadounidense Hiram Bingham lo redescubrió milagrosamente en 1911.
La clásica vista general de las ruinas de Machu Picchu. A media distancia el dominante Huayna Picchu. - 1969
La clásica vista general de las ruinas de Machu Picchu desde un ángulo diferente. En el medio el dominante Huayna Picchu. - 1969
Machu Picchu - Plaza Sagrada - Templo Principal y Templo de las tres ventanas – la escalera conduce hacia el Intihuatana - 1969
En el apacible “Edén” del sagrado valle tropical de los Incas, a una altitud de 3,100 metros, se extiende el vasto complejo arqueológico de Pisac, una de las “capitales” imperiales. Una treintena de residencias de la mejor arquitectura rodean el Intihuatana elíptico, dedicado al culto astral. - 1969
El sistema de drenaje interno de las terrazas de Machu Picchu, creado por los Incas, constaba de tres capas, una primera de mantillo, una segunda de arena y una tercera de grava. Estas capas permitían que el agua succionada por las terrazas no inundara los andenes, corriera ladera abajo a través de los niveles y fuera absorbida rápidamente sin generar deslizamientos de tierra que pusieran en peligro a la ciudad y sus habitantes. - 1976
A lo largo de las barracas restauradas de los antiguos agricultores, un centenar de escaleras, que suman más de tres mil escalones, conectan los doscientos sesenta palacios, templos, santuarios, baños termales, altares de sacrificios, cuevas de momias y jardines "colgantes" que convierten a Machu Picchu en un "poema de piedra"… un verdadero desafío a la naturaleza y que guarda todos sus secretos. - 1976
