Descripción

El cielo sobre la Patagonia se ve diferente como en cualquier otro lugar. A menudo está velado por nubes muy ligeras que dejan pasar una luz extraña. A veces el viento sopla en violentas ráfagas y desencadena tormentas de arena. Entonces es necesario buscar refugio de inmediato para escapar del tumulto de los elementos. Una luz amarillenta intensifica la sensación de amenaza que atenaza al viajero. Pero la tormenta no dura mucho tiempo, y pronto el cielo se despeja de nuevo. Los habitantes de la Pampa han aprovechado el viento. Instalan molinos de viento en varios puntos de sus propiedades y los usan para bombear agua del suelo. En muchos lugares, este preciado líquido está totalmente ausente, lo que es tanto más lamentable cuanto que miles de bovinos, que junto con las ovejas constituyen la riqueza de la Patagonia, necesitan un abrevadero. Esta foto fue tomada en la estancia “Las Toscas” en la provincia de Santa Cruz. - 1973