Maximilien Bruggmann es uno de los fotógrafos suizos más importantes. Durante medio siglo ha recorrido el mundo para documentar reportajes e ilustrar unos sesenta hermosos libros. Ha logrado capturar en película – al vuelo, por así decirlo – tanto imágenes de inquietante humanidad como instantes de eterna duración para el disfrute de todos. A menudo ha viajado a las zonas más remotas del Sahara para encontrarse con sus amigos nómadas, o en busca de grabados y pinturas rupestres cuyos autores, fotógrafos de la antigüedad, pintaron en roca o grabaron en piedra, como tomas instantáneas de la vida prehistórica en una época cuando el Sahara era aún verde.
Las exposiciones de Maximilien Bruggmann no ocurren con frecuencia. La última se realizó a principios de 2013 en el Centro Cultural de Shawinigan (Quebec) y, previamente, hubo otra en 2009 en el Manoir de Martigny (Suiza). Su archivo fotográfico – con cerca de 100.000 diapositivas – es evidencia de una amplia variedad y extraordinaria riqueza, abarcando desde los gauchos argentinos hasta los camellos de los Tuareg, pasando por la ruta de las especias y los magníficos Alpes, o los hermosos paisajes de los parques nacionales de Estados Unidos y sus coloridas ceremonias indígenas.
Diseñador gráfico de profesión, fotógrafo por pasión, Maximilien Bruggmann otorga a sus fotografías una estética extraordinaria. Con rigor y meticulosidad archiva sus documentos, verdaderamente únicos e irremplazables.
Alex Décotte, julio de 2013