Descripción

Nuestro viaje nos ha llevado a los desiertos arenosos y al Djebel, a través de las gargantas del Tassili y a la alta hierba de la estepa. En todas partes nos encontramos con personas que fueron capaces de construir sus vidas e incluso reír y cantar. Pero es a la arena a la que se dirigen nuestras mentes y, por qué no, nuestros corazones. Este hombre solo que conduce su camello por la arena caliente y blanda representa el triunfo de la voluntad sobre la materia más hostil. Seguro que al final del viaje le esperan de nuevo las palmeras, similares a las que hay aquí en el valle de Adjahl; pero incluso éstas existen sólo gracias a la voluntad de otras personas, si es que la arena no acaba ganando la partida. - Libia - 1964

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