Las tumbas saqueadas de los Nazcas en el sur de Perú (siglos III al VIII) arrojaron miles de huacos policromadas, figurativos o abstractos, que forman en una verdadera "enciclopedia de imágenes". La arcilla fina, las formas perfectas y la estilización acentuada del patrón hacen de la cerámica de Nazca un arte inimitable que rinde homenaje a los muertos y los dioses. (Colección particular, Lima, Perú)
Las tumbas saqueadas de los Nazcas en el sur de Perú (siglos III al VIII) arrojaron miles de huacos policromadas, figurativos o abstractos, que forman en una verdadera "enciclopedia de imágenes". La arcilla fina, las formas perfectas y la estilización acentuada del patrón hacen de la cerámica de Nazca un arte inimitable que rinde homenaje a los muertos y los dioses. (Colección particular, Lima, Perú)