Esta mujer Tubu del oasis de Bardaï, Tibesti, vierte el agua de su “dellou” en una seguia, el canalón que riega el jardín que mantiene. La cuerda a la que se sujeta el “dellou” se fija al extremo de un largo péndulo de madera lastrado con una piedra en el otro extremo, de modo que se forma un péndulo. Se trata de una tarea larga, tediosa y ardua que, con innumerables variaciones, se repite en todos los oasis de toda la superficie del Sahara, entre el Mar Rojo y el Atlántico. La única excepción es la tierra de feggaguir (plural de foggara), largos canales subterráneos que conducen al aire libre en el oasis; fueron excavados por el hombre y hundidos hasta los lugares donde era posible drenar un poco de agua. Sólo en el oasis de Aoulef hay 360 kilómetros de canales. Pero en todos los demás casos, el “chadouf”, con su péndulo, es el dispositivo hidráulico típico de los oasis. Los más astutos utilizan un burro, un buey o un camello para subir el dellou lleno de agua desde el fondo del pozo. - Chad - 1967
Esta mujer Tubu del oasis de Bardaï, Tibesti, vierte el agua de su “dellou” en una seguia, el canalón que riega el jardín que mantiene. La cuerda a la que se sujeta el “dellou” se fija al extremo de un largo péndulo de madera lastrado con una piedra en el otro extremo, de modo que se forma un péndulo. Se trata de una tarea larga, tediosa y ardua que, con innumerables variaciones, se repite en todos los oasis de toda la superficie del Sahara, entre el Mar Rojo y el Atlántico. La única excepción es la tierra de feggaguir (plural de foggara), largos canales subterráneos que conducen al aire libre en el oasis; fueron excavados por el hombre y hundidos hasta los lugares donde era posible drenar un poco de agua. Sólo en el oasis de Aoulef hay 360 kilómetros de canales. Pero en todos los demás casos, el “chadouf”, con su péndulo, es el dispositivo hidráulico típico de los oasis. Los más astutos utilizan un burro, un buey o un camello para subir el dellou lleno de agua desde el fondo del pozo. - Chad - 1967