Como aquí, en Enneri Blaka (Níger), la arena no deja de desgastar la piedra arenisca contra la que el viento la arroja con violencia. Hinchada por el material que ha desprendido, enriquece las dunas del gran erg. Sin embargo, con el tiempo, la arena con la que se forman las dunas comienza a solidificarse y se convierte de nuevo en arenisca. Se trata de una forma inesperada de autorregeneración.
Como aquí, en Enneri Blaka (Níger), la arena no deja de desgastar la piedra arenisca contra la que el viento la arroja con violencia. Hinchada por el material que ha desprendido, enriquece las dunas del gran erg. Sin embargo, con el tiempo, la arena con la que se forman las dunas comienza a solidificarse y se convierte de nuevo en arenisca. Se trata de una forma inesperada de autorregeneración.