Maximilien Bruggmann, quien murió en el verano de 2016, fue uno de los más grandes fotógrafos suizos. Durante medio siglo ha viajado por el mundo para ilustrar unas sesenta obras. Sus fotos muestran momentos de la eternidad y destellos de la humanidad.
Con frecuencia visitó las zonas más remotas del desierto del Sahara en compañía de su amigo Jean-Claude Bourgeon donde visitaron sus amigos nómadas en busqueda del arte rupestre cuyos autores, fotógrafos de su época, inscribieron los instantes de la vida prehistórica en piedra, en un momento en que el Sahara todavía fue verde.
Las exposiciones de Maximilien Bruggmann no ocurren con frecuencia, pero son siempre muy impresionantes. Su archivo fotográfico – con más de 100.000 diapositivas – es evidencia de una amplia variedad y extraordinaria riqueza, sobretodo una extraordinaria gama de documentos sobre la prehistoria y la vida cotidiana en el Sahara.
Diseñador gráfico de profesión, fotógrafo por pasión, Maximilien Bruggmann otorga a sus fotografías una estética extraordinaria. Con rigor y meticulosidad archivó sus documentos, muchos de ellos verdaderamente únicos e irremplazables.