«Chacho» Royo, hábil jinete con enormes guardamontes a cada lado, tiene setenta y cinco años, quince de los cuales están envueltos en el misterio.
El rostro de Chacho Royo, gaucho de la estancia Campo Alegre, en la región de Salta, refleja toda la gama de posibilidades humanas: razón, determinación, bondad, violencia y ternura. Como joven gaucho matrero, fugitivo, Chacho Royo se escondió del brazo de la ley en los Andes durante quince años. Este tiempo moldeó profundamente su personalidad. Hoy, muestra una faceta diferente de su carácter transformando cuero en bridas y sillas de montar en su pequeña propiedad. Vende esta artesanía o la dona generosamente a su amigo Arturo Fernandez. En sus manos, el cuero se convierte en símbolo de la transformación de un hombre que ha dominado los extremos de su vida y ahora ha encontrado su lugar en una vida cotidiana tranquila y plena. - Las fotos fueron tomadas en 1973 y 1975.