A 11 kilómetros de Lima, en el borde de la Carretera Central, la carretera de los Andes, se levanta el elegante palacio preinca (siglo XII) de Puruchuco, del “Señor del yelmo de plumas” que había sido subyugado por los Incas. La parte de atrás de su poncho ceremonial está cubierta con plumas de guacamayo amarillo. Su rostro está escondido detrás de una máscara plateada y su cabeza está adornada con una corona de plata marrón. La momia aristocrática lleva protección para el cuello, cuyos motivos estilizados muestran el maravilloso arte de las plumas. La parte delantera del poncho está completamente cubierta con pequeños círculos plateados y enmarcada con plumas negras y azul turquesa. (Museo de Puruchuco, Lima, Perú)
A 11 kilómetros de Lima, en el borde de la Carretera Central, la carretera de los Andes, se levanta el elegante palacio preinca (siglo XII) de Puruchuco, del “Señor del yelmo de plumas” que había sido subyugado por los Incas. La parte de atrás de su poncho ceremonial está cubierta con plumas de guacamayo amarillo. Su rostro está escondido detrás de una máscara plateada y su cabeza está adornada con una corona de plata marrón. La momia aristocrática lleva protección para el cuello, cuyos motivos estilizados muestran el maravilloso arte de las plumas. La parte delantera del poncho está completamente cubierta con pequeños círculos plateados y enmarcada con plumas negras y azul turquesa. (Museo de Puruchuco, Lima, Perú)