Azalaï es el nombre que se da a las caravanas que transportan sal desde Bilma hasta Agadez. La ruta es ardua y peligrosa incluso para los dromedarios, como lo demuestra el esqueleto que se aprecia en primer plano.

Caravana de sal (Azaleï) avanzando a través del Teneré – ¡600 km de desierto hasta llegar a Agadez!

En el calor del mediodía
Pitón y paisaje con esqueleto de camello del cual solo queda el cráneo.
Argelia - Tadrart - Tin-Merzouga - 1993

Un antiguo camino de mulas, ahora un mal camino para los autos, conduce desde la ciudad argentina de Salta por el paso de Huaitiquina a San Pedro de Atacama en Chile. En el pasado, los rebaños de ganado pasaban por este paso para abastecer de carne argentina a la ciudad portuaria chilena de Antofagasta. Cuando sopla el temido Viento Blanco, la meseta ubicada a 5000 metros se cubre con un manto de nieve de un metro de altura en pocas horas, y las personas y los animales mueren a menudo en tales “ventiscas”. Los esqueletos de ganado, blanqueados al sol, así lo atestiguan en este páramo desolado con sus lagos de sal, dominado por el cono alto del volcán Lascar. - 1975

Esqueleto de caballo en la pampa al norte de Río Turbio en el camino a Calafate - provincia de Santa Cruz. - 1973

El Arbre du Ténéré desde la distancia. Este árbol era una acacia de copa plana (Acacia tortilis )que se consideraba el árbol más aislado de la tierra, supuestamente el único en un radio de 400 kilómetros, otros datos hablan de 150 km. Probablemente era el último árbol superviviente de un grupo de árboles que crecía cuando el desierto era menos seco que en la actualidad. El árbol permaneció solo durante varias décadas. - Ténéré - Níger - 1966

Y la caravana sigue adelante, intacta, al parecer, por el cansancio, la sed y los vientos arenosos. El líder nunca pierde su camino, del que conoce cada duna, cada curva. Pero a veces, consumido por sus esfuerzos demasiado grandes, un camello cae como si le cayera un rayo. No se levantará de nuevo. A menudo, no sólo hay que abandonar al animal, sino también su carga si no hay camellos de reemplazo que sigan el tren. Y a lo largo de la pista, los esqueletos blancos, lentamente enterrados por la arena, marcan el duro calvario de los pacíficos "barcos del desierto". - Ténéré - Níger - 1966

En el calor del mediodía. Peñón y paisaje con un esqueleto de camello del que sólo queda el cráneo. Argelia - Tadrart - Tin-Merzouga - 1993

Cuando el agua vital de un pozo se seca, sólo queda la muerte - Aïr - Níger - 1992

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